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Reflexiones

El banco verde

En el patio de un gran cuartel, cierto día, pintaron de color verde uno de los viejos bancos.
En aquel momento, el capitán que asignaba los turnos de los soldados, puesto que la pintura aún estaba fresca, decidió poner a uno de ellos, haciendo guardia junto al banco verde, para que nadie se fuera a sentar.
Justo al día siguiente, le cambiaron de destino, haciéndose cargo del cuartel otro capitán.
El nuevo al mando, ante la falta de experiencia a la hora de hacer los turnos, decidió copiar los del día anterior, sólo que cambiando los nombres.
Pasaron más de cinco años, y todos los días, sin faltar, uno de los soldados, hacia guardia junto a aquel banco verde.
Un buen día, el general pasando revista, descubrió al soldado del banco verde, y al preguntar qué hacía aquel soldado junto al banco, nadie supo responder, sólo sabían que siempre había estado ahí.
Hacemos muchas veces cosas por costumbre, por rutina, sin pararnos a pensar si verdaderamente tienen sentido; las hacemos, a veces, porque hace mucho tiempo se hacía así, porque una vez, tuvieron razón de ser.